A la hora de desarrollar un producto o servicio es fundamental conocer cuáles son las necesidades reales de nuestros potenciales clientes. Para ello es necesario enfocarse en el diseño centrado en el usuario, de esta forma se puede poner el foco en los consumidores para conocerlos y poder desarrollar, así, un producto o servicio que cumpla con sus expectativas.
Para muchas personas, introducir un producto o servicio nuevo en el mercado puede parecer difícil, debido a que consideran que solamente triunfarán aquellos que sean creativos e innovadores. Pero lo cierto es que, por más creativo que pueda ser un producto o servicio, si no satisface las necesidades de los consumidores potenciales, lo más seguro es que ese producto no tenga éxito en el mercado.
Aunque en algunos casos podamos pensar que el proceso de diseño debe empezar por la invención o creación de algo nuevo, lo que resulta mucho más eficaz es empezar por conocer a nuestros usuarios.
Esto se debe a que, al conocer cuáles son las necesidades reales de los consumidores, y de qué manera buscan satisfacerlas, será mucho más probable que el producto o servicio que desarrollemos sea exitoso en un mercado tan competitivo como el actual.
De esta manera es que surge el diseño centrado en el usuario, que consiste, básicamente, en poner al usuario en el centro de todas las decisiones de diseño. Y, para ello, debemos saber quiénes son las personas que utilizarán el producto, qué función le van a dar y con qué información deberán contar para que puedan lograr sus objetivos.
Entonces, es indispensable que podamos “ponernos en los zapatos” de quienes van a ser nuestros usuarios, para comprender qué necesidades quieren satisfacer.
Pero esto no implica que tengamos que ir a preguntarles qué es lo que necesitan, sino que debemos estar preparados para observarlos en su cotidianeidad, de manera que podamos detectar qué es aquello que necesitan sin saberlo.
3 etapas para diseñar un producto centrado en el usuario
El diseño centrado en el usuario es una metodología de diseño que requiere de un proceso iterativo. ¿Y qué es un proceso iterativo? Quiere decir que se va a repetir varias veces, hasta que lleguemos al resultado deseado.
Para llevar adelante este proceso iterativo del que hablamos:
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Deberemos formular preguntas
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Definir cuál es el problema
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Elaborar nuestra hipótesis
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Validar esa hipótesis
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Volver a empezar para tener respuestas nuevas sobre los resultados que obtuvimos anteriormente.
De esta manera, el diseño centrado en el usuario constará de 3 etapas clave:
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En primer lugar, se encuentra el análisis, que se centra en detectar a los usuarios y sus necesidades. Para ello, tendremos que definir a quiénes va dirigido el producto, de qué manera lo van a usar y en qué condiciones.
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Luego, en la fase de diseño, nuestro objetivo va a ser analizar cómo podemos solucionar las necesidades que detectamos en la primera etapa. En este sentido, será indispensable que conozcamos cuáles son aquellos requerimientos que debe tener nuestro producto sí o sí para satisfacer las necesidades de los usuarios, para que luego podamos armar un boceto del producto terminado.
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Y, por último, realizaremos la validación o evaluación, que es lo que nos permitirá comprobar si nuestro producto realmente satisface las necesidades de nuestros usuarios. Si esa premisa se cumple, podremos dar por finalizado el proceso. Pero, si vemos que no logramos nuestro objetivo, podemos volver a repetir alguna o todas las etapas anteriores, tantas veces como sea necesario, hasta que obtengamos un producto que sea útil para nuestros consumidores.
Entonces, lo que busca esta metodología de diseño centrado en el usuario es que todo lo que hagamos, a la hora de desarrollar un producto o servicio, sea considerando las necesidades de los consumidores.
Diseño centrado en el usuario como metodología de mejora
Si bien al hablar de “diseño” podemos pensar en la invención de algo nuevo, lo cierto es que el diseño centrado en el usuario no solamente sirve para el desarrollo de nuevos productos o servicios, sino también para mejorar aquellos ya existentes.
Vivimos en un mundo en constante cambio, lo que hace que las necesidades de las personas vayan mutando también de la misma manera. Esto se ve muy claramente con el avance de la tecnología: en muy pocos años los cambios tecnológicos avanzaron a pasos agigantados, lo que despertó nuevas necesidades y deseos en los consumidores.
Ejemplo de diseño centrado en el usuario
Pensemos solo un ejemplo, tomemos en el caso de los celulares: podemos ver cómo pasamos de aparatos que solamente permitían hacer llamadas hasta los actuales que cuentan con tantas herramientas como las de una computadora… Y más.
De este simple ejemplo podemos fácilmente analizar que todas las innovaciones que se fueron incorporando, y que lo seguirán haciendo a futuro, tuvieron y tendrán que ver con necesidades nuevas que tenían los usuarios, incluso algunas de ellos que estos ni sabían que tenían.
De esta manera, a las llamadas se incorporaron los mensajes de texto, luego los sistemas de mensajería instantánea, la posibilidad de enviar y recibir mails en el teléfono, la incorporación de las redes sociales, entre muchísimas otras funcionalidades que, poco tiempo atrás, eran impensadas para un teléfono celular.
Y lo mismo puede ocurrir con cualquier otro tipo de producto o servicio. Quizás haya aplicaciones que quedaron obsoletas para las necesidades actuales de los usuarios, o productos físicos que ya no resuelven determinados problemas.
Tomemos otro caso para comprender el diseño centrado en los usuarios. Pensemos, por ejemplo, en el caso de los aires acondicionados, que aparecieron para resolver un problema inicial, que era el de refrigerar un ambiente. Y, sin embargo, con el tiempo, fue necesario incorporarles la función de calefacción. Todo esto sin mencionar los cambios que se introdujeron en cuanto a diseño y tecnología.
Es por estos motivos que el diseño centrado en el usuario cumple un rol fundamental en el mundo actual, porque frente a los cambios en el contexto, siempre van a aparecer nuevas necesidades para satisfacer.
Y, para poder conocerlas y estar atentos a las innovaciones que podemos introducir, o a los cambios que podemos proponer, es indispensable conocer en profundidad a nuestros usuarios y analizar qué es aquello que necesitan, aun sin saberlo. Y, de esta manera, tendremos muchas más posibilidades de triunfar en el mercado actual.
¿Qué es el e-commerce?
