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A la hora de postularse a un empleo, es muy importante que quien solicita el mismo tenga diversas soft skills y hard skills para poder ser tenido en cuenta para un puesto en la empresa u organización.
¿Qué son las soft skills y las hard skills?
Las soft skills, también conocidas como habilidades blandas, están relacionadas con ciertos valores y rasgos de la personalidad que fomentan la comunicación y la relación efectiva con el resto de las personas; mientras que las hard skills, o habilidades duras, son aquellas competencias que pueden adquirirse mediante formación y experiencia profesional, las cuales pueden evaluarse y acreditarse con un certificado o título.
Algunas de las soft skills más importantes y que más buscan las empresas y organizaciones en la actualidad son:
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Resiliencia.
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Pensamiento crítico.
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Compromiso.
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Flexibilidad.
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Trabajo en equipo.
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Mentalidad en crecimiento.
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Aprendizaje constante e independiente.
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Creatividad.
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Habilidades comunicativas.
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Actitud positiva frente a objetivos y desafíos.
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Empatía.
En cuanto a las hard skills, podemos manifestar que algunas de las más importantes o las más pedidas son las siguientes:
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Manejo de idiomas.
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Habilidades en escritura y expresión verbal.
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Licenciaturas, formación, certificados.
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Contabilidad.
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Mecanografía.
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Manejo de maquinaria.
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Lenguajes de programación.
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Conocimientos de software.
Anteriormente, a la hora de buscar y, posteriormente, evaluar en una entrevista laboral a un candidato para un puesto de trabajo, el empleador ponía su foco en ver si quien se estaba postulando cumplía con las hard skills pretendidas por la empresa, organización o proyecto.
Sin embargo, si bien hoy en día las hard skills siguen siendo importantes, los empleadores priorizan que el posible empleado pueda desarrollar y llevar a cabo las soft skills, las cuales son claves en los tiempos que estamos atravesando.
La pandemia del COVID-19 revolucionó el mundo en todos sus aspectos, y uno de esos es el mercado laboral, ya que en la actualidad, los empleadores buscan en sus futuros empleados habilidades que antes, quizás, no eran tan necesarias para el puesto de trabajo. Ya no alcanza con las competencias técnicas, sino que ahora es esencial que el trabajador pueda y sepa tener una buena relación con los compañeros, trabajar en equipo, resolver todo tipo de problemas, y adaptarse a los cambios.
Para poder desarrollar o adquirir las hard skills, es necesario realizar cursos o cursar una carrera universitaria o de grado, es decir, se enseñan en ámbitos académicos, para, una vez finalizado el mismo, obtener la certificación o título de que se aprobó dicha instancia de aprendizaje, lo cual legitima que la persona adquirió los conocimientos del plan de estudio. Asimismo, las hard skills pueden obtenerse con la experiencia profesional.
Por su parte, las soft skills, las cuales no se aprenden en un aula, sino que son adquiridas a lo largo de la vida de la persona, pueden obtenerse a través de un entrenamiento o de manera natural, mediante la relación constante con las personas de su mismo entorno.
Diferencias claves entre soft skills y hard skills:
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Cada una de ellas requiere de inteligencias diferentes, ya que ser bueno en habilidades duras se asocia con el nivel de inteligencia general o coeficiente intelectual, mientras que ser bueno en habilidades blandas requiere de una mayor capacitación o inteligencia emocional.
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Las hard skills son habilidades que tienden a ser iguales en la mayoría de las empresas u organizaciones que las requieren. En cambio, las soft skills son capacidades o destrezas que se consideran de diferente manera según la cultura de la empresa y las personas con quienes se trabaja.
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Como expusimos anteriormente, las hard skills se aprenden en las escuelas, academias y universidades, mientras que las soft skills no tienen un lugar fijo de aprendizaje y no posee un procedimiento estandarizado para la obtención de dichas habilidades.
En este contexto tan particular como la pandemia del COVID-19, Capacitarte realizó una encuesta, en donde se les preguntó a los usuarios si durante el año 2021, tienen el objetivo de cambiar de trabajo. La opción “sí, quiero cambiar de empleo” dominó con un 84%, mientras que la opción “no por el momento” arrojó un 16%. En total 462 personas contestaron la encuesta.
Los números son sorprendentes y demuestran cómo el coronavirus cambió, entre otras cuestiones, el mercado laboral. En este nuevo mundo predomina la idea constante de buscar un trabajo adecuado y que sea acorde a nuestras necesidades diarias. Y para poder conseguirlo, es importante, como expusimos, desarrollar tanto las habilidades duras como las blandas.
Duración: 192 hs. 
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