Marketing político en Argentina

En los últimos años se habló, y se sigue hablando, de marketing político. Pero… ¿qué es el marketing político? El marketing político es una disciplina que combina a las ciencias políticas con el marketing, y que tiene el objetivo de estrechar la relación entre el electorado y el político, partido, gobierno o grupo político a través de diversas técnicas, prácticas y métodos, mediante los cuales se construirá una imagen sólida del político o del partido y generará en el votante confianza, familiaridad y seguridad.

¿Cuál es el objetivo? La aceptación del electorado, que se traduce en la obtención de votos en una elección.

Para llevar a cabo la estrategia de marketing político en una campaña electoral, es importante:

• Analizar e investigar el mercado electoral para conocer a los votantes.
• Crear una marca política, es decir, una marca de identidad o un símbolo que represente al candidato.
• Generar una buena comunicación con el electorado a través de, por ejemplo, los medios masivos de comunicación.
• Construir una comunidad, un grupo de personas con intereses similares, para que los votantes permanezcan del lado del candidato. Una buena herramienta son las redes sociales.
• Elaborar un plan de marketing digital a través de la elección de canales digitales y generación de publicaciones.
• Crear un mensaje memorable a través de la comunicación, la imagen y la voz, con el objetivo de asociar al candidato de manera positiva en la mente del elector.
• Estar en contacto de forma fluida con la población, es decir, contactarse con los votantes de manera personal o mediante los medios masivos de comunicación de manera permanente.

En el año 2015 se llevaron a cabo las elecciones presidenciales en la República Argentina, y uno de los candidatos a ocupar el “Sillón de Rivadavia” era Mauricio Macri, político, ingeniero civil y empresario, candidato de “Cambiemos” quien, finalmente, se consagró como ganador de la elección luego de enfrentar en ballotage a Daniel Scioli, candidato de “Frente para la Victoria”.

Durante la campaña presidencial, Mauricio Macri tuvo como principal estratega a Jaime Durán Barba, consultor de imagen y asesor político ecuatoriano, quien llevó a cabo, junto con su socio Santiago Nieto, todo lo relacionado a la imagen del candidato, la comunicación estratégica y la generación de contenidos.

En dicha campaña presidencial se creó una marca política, es decir, una identidad, en donde se lo nombraba al candidato como “Mauricio”, omitiendo el apellido, el cual estaba relacionado con el mundo de las empresas y las sumas millonarias.

Asimismo, dicha identidad también estaba relacionada con mostrar al candidato como un hombre de familia y amante del fútbol, con el objetivo de que el electorado se sienta identificado con la personalidad de la figura política.

Sobre la comunicación se puede decir que esta fue muy fuerte durante toda la campaña. Se realizaron diversos spots publicitarios para televisión, radio y redes sociales, en especial en YouTube, Twitter y Facebook.

En los spots publicitarios se lo podía ver a Mauricio Macri hablando con personas de distintas partes del país, riendo, tomando mate y con una actitud de similitud y familiaridad con el votante. Asimismo, en dichos spots siempre se resaltaban las ideas de “cambio”, “mejoras”, “unión”, y “alegría”.

A su vez, las redes sociales fueron un pilar fundamental para la campaña, ya que allí se publicaban consignas para atraer a la personas. Por ejemplo, en el cierre de la campaña, Cambiemos lanzó una convocatoria online para que sus seguidores publicaran una foto de Mauricio Macri con el hashtag #YolovotoaMM. También fueron muy usados los hashtags #Yocambio, #Yolovoto, #Sisepuede, #Mauriciopresidente. De esta manera, también, poco a poco, se crearon comunidades de personas que tenían intereses similares.

En cuanto al mensaje memorable que se crea en marketing político para lograr asociar al candidato de manera positiva en la mente del elector, se creó el slogan principal “Si, se puede”, el cual aparecía constantemente en redes y lo pronunciaba el candidato cada vez que formaba parte de un programa de radio o televisión.

Por último podemos manifestar que el contacto personal con los votantes fue una estrategia que estuvo muy presente durante la campaña. Se llevaron a cabo “timbreos”, los cuales consistían en que un político del partido del PRO se presente sin aviso previo en domicilios de electores de determinada área con el objetivo de entablar un diálogo directo.

También se realizaron encuentros “mano a mano”, en donde Mauricio Macri recorría los hogares de las personas que lo invitaban a través de Facebook. Según el partido político del PRO, el objetivo era “romper la barrera de la distancia y escuchar”.

En todos los encuentros entre candidatos y votantes, la finalidad era mostrar que estos se desarrollaban de manera “casual”, “espontánea” y “real”. Como expusieron desde el partido político en diversas oportunidades, la clave estaba en que no haya guion y que el encuentro sea auténtico.

Sin lugar a dudas, a Mauricio Macri le benefició bastante el uso del marketing político, el cual lo acercó al electorado, lo mostró como uno más y no como una figura política, lo enalteció con el slogan creado, y lo fue instalando cada vez más en el día a día de las personas en cada aparición en los medios masivos de comunicación y redes sociales.

Cada vez más figuras utilizan la estrategia del marketing político para posicionarse y enaltecer su persona e ideas. Está claro que dicho método llegó para quedarse.