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Inversiones y Finanzas
La compra de acciones es una elección de miles de personas. No obstante, es importante saber cómo hacerlo y cuáles son los riesgos que se corren al realizar dicha inversión.
Las acciones son las partes en las que se divide el capital social de una sociedad anónima. Estas partes son poseídas por una persona, que recibe el nombre de accionista, y representan la propiedad que la persona tiene de la empresa, o sea, el porcentaje de la empresa que le pertenece al accionista.
¿Cuáles son las ventajas de las acciones?
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A través de la compra de acciones, el inversor se convierte en dueño de empresas que se encuentran en la oferta pública y poseen autorización de listado en un mercado. De esta manera, el inversor participa del crecimiento y las ganancias que pueden tener los diferentes sectores al adquirir acciones de empresas.
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El accionista tiene derecho a asistir a las asambleas y a participar de las decisiones que allí se toman en proporción a la cantidad de acciones que posea. Por lo general, cada acción equivale a un voto.
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La pérdida eventual nunca supera el monto que se invirtió originalmente al comprar las acciones.
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En el largo plazo, las acciones les permiten a sus inversores recibir ganancias acordes con la evolución de la economía.
Cuando una persona compra o invierte en acciones, está adquiriendo la propia acción subyacente, tratando de mantenerla a largo plazo. Si la compañía crece y su valor se incrementa, la cotización de sus acciones también subirá, y al vender las participaciones, se obtendrán ganancias. Pero si la compañía se devaluase, la cotización de sus acciones también caería y el accionista podría sufrir pérdidas. Por ende, invertir en acciones es riesgoso, ya que hay que tener en cuenta que el inversor se expone a los vaivenes de las compañías en su crecimiento o retracción.
Ahora que ya aprendimos qué son las acciones nos preguntamos… ¿cómo se pueden comprar las acciones?
Para comprar acciones, el inversor debe:
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Ser titular de una cuenta, la cual debe ser cuenta corriente.
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Contar con DNI y constancia de CUIT o CUIL.
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Tener actualizadas las declaraciones juradas de ganancias y bienes personales.
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Tener los recibos de sueldos o las constancias de monotributo.
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Contar con un agente de negociación y/o liquidación registrado ante la Comisión Nacional de Valores, quien actuará como intermediario.
El agente de negociación, también conocido como bróker, está autorizado a comprar y vender acciones en el mercado, por lo que el inversor debe decirle qué y cuánto comprar o vender y él lo realizará a cambio de una comisión. Pero, antes de decirle que actúe por nosotros, debemos abrir una cuenta comitente, que es un instrumento que les permite a los inversores acceder a los fondos comunes de inversión, y a partir de allí, pueden comenzar a enviarle las órdenes de compra y venta a los agentes de negociación, quienes ejecutan las órdenes de sus clientes en alguno de los sistemas habilitados para la negociación.
Lo habitual es que el inversor se conecte a internet y, desde la página web del bróker, elija qué quiere comprar o vender y lo ejecute a través de dicho sitio.
Un accionista puede comprar acciones en cualquier momento del día si lo hace a través de la web. Sin embargo, la orden se ejecutará solo si el mercado está abierto, ya que si se lanza una orden fuera de horario, esta quedará almacenada y recién se ejecutará en los primeros minutos de la próxima jornada bursátil.
Asimismo, existen muchos bancos que tienen servicio de bróker, es decir, el inversionista puede abrir una cuenta de valores con el agente y operar en bolsa desde su propio banco.
Si una persona quiere invertir en acciones debe saber:
Por eso, es importante que también sepa:
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Cuál es su perfil de inversionista, es decir, conocer cuál es su nivel de riesgo respecto a cómo se comportará su dinero en un contexto de inversión.
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Cuánto dinero tiene para invertir.
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Cuál es su objetivo de inversión.
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Cuáles son los costos asociados, como comisiones para los agentes, costos de mantención, costos asociados al riesgo, entre otros.
Ser accionistas no es una tarea muy complicada, solo hay que disponer de dinero, experiencia, estrategia y ganas de arriesgarse. Lo importante es no apresurarse a comprar, sino mirar gráficos y tendencias de valor para saber bien dónde invertir.