Educación en la virtualidad: homeschooling

En los tiempos que transcurren, con un evento epidemiológico de índole internacional, no es nuevo que el sentido de la educación se siga promoviendo; en la antigüedad la educación de los niños y/o adultos era moneda corriente para aquellos sectores de la sociedad que podían solventarlo. Hoy en día el uso de las nuevas tecnologías de la informática para la educación se ha expandido enormemente, aunque existen sectores en los cuales aún se dificulta dicha capacitación por medio de las TIC, sea por cobertura geográfica, conocimiento o solvencia económica.

 

Pero, ¿se puede estudiar en tiempos de aislamiento social? La respuesta a esta pregunta no es nueva. A lo largo de la historia en el viejo mundo, por ejemplo, se presentaron situaciones similares a la actual, siendo la más reciente la transcurrida en el siglo pasado, conocida como gripe española. 

 

En la actualidad el sistema de educación a distancia es denominado “homeschooling”; pero, ¿qué es exactamente el “homeschooling”? 

 

El homeschooling surge de las sociedades tecnológicas de la información, de las sociedades cultas y alfabetizadas, ricas en recursos y estímulos educativos. El estudiante aprende de manera flexible y natural, inmerso en su propio medio social, cultural y tecnológico, siguiendo sus intereses, sus talentos y sus aptitudes innatas. La palabra “homeschooling” está compuesta por las palabras home –hogar- y schooling –escolarización-. «Escolarización en el hogar o escuela en casa».

 

¿Cuáles son las características de estudiar en casa?

 

Los cambios provocados dentro del entramado social a fines del siglo XX, producto de la revolución tecnológica, permitieron el acercamiento a la información masiva y a alta velocidad. De manera que el control y manipulación de dicha información, daría poder sustancioso a aquellas personas que lo dominen o manipulen. Estas características aplican movilidad a los conocimientos, es decir anula en “status quo” que por años perduró como conocimiento absoluto y reticente a alteraciones producto de cambios de paradigmas. Esto implica que las características del “homeschooling” pueden verse alteradas con el cambio de los tiempos.

Además de las cargas horarias en las cuales los estudiantes se ven sumergidos dentro de esta metodología, se permite una educación personalizada, siguiendo los intereses del alumno y respetando su madurez y ritmos evolutivos y fomentando sus talentos. Si bien este último concepto se ve difuminado en la actualidad, es posible aplicarlo bajo la observación de un equipo pedagógico integral. En la actualidad al proceso de seguimiento pedagógico exhaustivo se lo conoce como “escuela holística”.

Si bien los contenidos están dados dentro de una plataforma digital progresiva en conceptos, es decir que a medida que el mismo estudiante avanza los contenidos pueden ser más complejos, está bajo la responsabilidad de los mismos participantes fomentar la cadena de responsabilidades a la hora de la entrega de trabajos o evaluaciones. Hoy en día es muy complejo realizar un seguimiento académico en las escuelas de contenido básico y medio, ya que, en ciertos casos, no están bien definidas las trayectorias de la transmisión de contenido por parte del docente, sufriendo estas alteraciones voluntarias o no, por parte de uno de los participantes de la cadena de responsabilidad.

 

¿Pero se puede estudiar libremente en la Argentina bajo el método de homeschooling?

 

En muchos países esta práctica está amparada por la ley. En otros, como Alemania, Suecia o Turquía, está prohibida, imponiendo como única opción la escuela como institución educativa presencial. En Argentina no existe legislación que la prohíba; es por eso que los homeschoolers se basan en la reinterpretación de los artículos constitucionales.

 

En la actualidad, con motivo de ASPO, la educación de nuestros niños se realiza de manera remota con altibajos y muchas veces con falta de preparación por parte de las instituciones educativas. Es este el momento adecuado para fomentar el aprendizaje remoto, además de aprender el uso de un recurso valorativo como las nuevas tecnologías de la información, adecuando un balance entre el contenido, la transposición didáctica y lo objetivos de los cuales los docentes proponen para el aprendizaje de nuestros estudiantes.

 

En el marco de la pandemia de coronavirus que golpea al país y del aislamiento social, preventivo y obligatorio, surgió la necesidad de dictar clases de forma remota, para lo cual no existe una legislación. Ahora bien, aprobada la ley de educación a distancia de los menores de 18 años, una vez transcurrida en cámara baja, estipula que se podrá recurrir a esa modalidad de emergencia cuando así lo habiliten el Ministerio de Educación y cada una de las jurisdicciones, el expediente fija que:

 

“De manera excepcional, previa declaración y justificación fundada en acuerdo con el Consejo Federal de Educación cuando la escolaridad presencial -total o parcial- sea inviable, y únicamente en caso de epidemias, pandemias, catástrofes o razones de fuerza mayor que impidan la concurrencia a los establecimientos educativos, será permitido transitoriamente el desarrollo de trayectorias educativas a distancia para los niveles y las modalidades de la educación obligatoria para menores de 18 años.”

 

El primer punto del temario tratado y aprobado con setenta votos afirmativos fue la iniciativa que modifica el artículo Nº 109º de la Ley de Educación Nacional Nº 26.944, con el fin de dar un marco regulatorio dentro de la educación a distancia transitoria o “homeschooling” para todos los niveles de educación, en el contexto del aislamiento “social, preventivo y obligatorio” por la pandemia de coronavirus. En este caso la normativa determina que para aplicar esta metodología de estudio "deberá atenderse la provisión de recursos tecnológicos y de conectividad que promuevan la igualdad educativa con condiciones de calidad". Deberán adoptarse disposiciones para la reorganización pedagógica e institucional del régimen académico y de la capacitación docente.

 

De esta manera se inaugura una posibilidad tanto para docentes como para estudiantes de la aplicación de recursos tecnológicos que conviven con nosotros a favor de la educación. Aunque para muchos pedagogos el uso del recurso no es el fin, se abre una nueva puerta para abordar de manera colectiva nuevas modalidades de aprendizaje y de interacción entre el conocimiento, la creatividad y el mundo académico.

 

AUTOR: Hernán Flores