Aprender a liderar

Si uno investiga un poco acerca de las asignaturas que se dictan en este tipo de carreras, va a notar que el liderazgo es algo muy presente.

 

Por ejemplo, una de las universidades más reconocidas del mundo, “Harvard Business School", sostiene que educa lideres que hacen diferencia en el mundo.

 

Entonces, aparentemente, las escuelas de negocios, entre otras materias, hacen hincapié en el liderazgo.

 

De todos modos si uno revisa un poco el pasado, anteriormente se focalizaba en formar managers o gerentes, no líderes, y este es un punto central que ha cambiado.

 

Hasta los años 70 el manager era el pilar de una compañía, sin embargo con el paso del tiempo perdió su atractivo y fue reemplazado por la figura del líder, quien se supone asume más responsabilidades y tiene más herramientas a su alcance.

 

Alrededor del año 1977, las escuelas de negocios comenzaron a dictar como materia “liderazgo”. Esto sucedió cuando el profesor de Harvard Abraham Zaleznik, publicó un paper titulado: “Managersand Leaders: Are They Different?” (¿Managers y líderes, son diferentes?)

 

Su respuesta era afirmativa, y aseguraba que los líderes eran personajes visionarios, que atraen a la tropa para ir gustosa a la batalla, mientras que los managers simplemente eran generales que hacían que las tropas fueran a la batalla. Con lo cual una de las grandes diferencias es la de motivar a su gente.

 

A raíz de esta situación surgen interrogantes tales como si el liderazgo es una cualidad emergente según la situación y el contexto, o es una habilidad que puede ser enseñada.

 

Según las escuelas de negocios, es algo que puede ser enseñado. De hecho, Rakesh Khurana, decano de Harvard y autor de “From Higher Aims to Hired Hands” (Liderazgo al más alto nivel) delineó varios acercamientos pedagógicos al tema, intercalando conocimiento explícito y teoría por un lado, más habilidades y técnicas por el otro.

 

Un segundo acercamiento tiene que ver con corrientes relacionadas con la psicología y la sociología. Incluso hay escuelas que lo enseñan a partir del juego de roles y de construcción de equipos, para desarrollar la experiencia de liderazgo.

 

Una tercera columna focaliza en desarrollar los valores propios e ideales.

 

De hecho, según la descripción del curso de Harvard, un autentico líder posee una gran integridad, se hace cargo de sus acciones, y se guía por sus principios a largo plazo.

 

El decano de Harvard, sostiene que hoy en día la mayoría de las universidades hacen hincapié en las tres formas de enseñar el liderazgo subrayando las habilidades tangibles tales como la habilidad de trabajar en equipo, la influencia que otros tienen sobre uno y las posibilidades de manejar conflictos y comunicarse.

 

Un ejemplo de la realidad incluye a una profesora de una universidad británica quien al principio sostenía que era imposible enseñar liderazgo a un ejecutivo, sin embargo, luego de estudiar mucho al respecto se dio cuenta de que liderar una clase incluía el mismo tipo de desafíos que liderar un negocio. Según su perspectiva era necesario tener un pensamiento crítico, abarcar las situaciones desde distintos puntos de vista, tener la capacidad de lidiar con la incertidumbre, aprender de los errores y la experiencia, apasionarse por lo que uno hace… Incluso llegó a la conclusión de que estos valores tienen que ver también con una filosofía de vida.

 

Si bien algunos profesores y eruditos sostienen que el liderazgo no puede enseñarse al 100%, plantean que sí pueden enseñarse ténicas y habilidades que son necesarias para cualquier líder. Hasta el día de hoy es un tema controvertido que sigue en discusión.