CURSOS DE CAPACITACION ONLINE, EN VIVO ZOOM, Y LAS 24Hs CURSOS A DISTANCIA
Se trata de un GRAN desafío.
Nos encontramos desde el inicio de la cuarentena con la exigencia de transformar los hogares en gimnasio-colegio-oficina-cine-etc. -en mi caso aula virtual- y acomodar las necesidades de la tarea de cada uno de los habitantes de la casa a la disponibilidad tecnológica.
¿Cuántas familias cuentan desde antes de la pandemia con notebooks, PCs, teléfonos para trabajar, hacer la tarea de la seño y seguir las clases de gym online? ¿Cuántos disponen de espacio físico cómodo para trabajar, aislado del ruido, luminoso y con sillas o sillones ergonómicos?
Las reglas CAMBIARON, y cuando las reglas cambian ¿cuán rápido aceptamos esos cambios? Y de aceptarlos, ¿definimos las nuevas reglas para jugar en el gimnasio-colegio-oficina-cine-etc.? ¿Y si las definimos fue entre todos los habitantes? Y estas nuevas reglas que acordamos entre todos ¿las respetamos?
Se trata de nuevas reglas, otras reglas no existen más, y todo lo nuevo a nuestro cerebro le cuesta incorporarlo ya que hay una resistencia natural al cambio dado el consumo energético que el aprendizaje de lo nuevo conlleva.
Imaginen los amantes del futbol que se dispone un cambio de reglas a nivel mundial, y las nuevas dicen que se cambia la pelota redonda por la ovalada del rugby… es un nuevo deporte y hay que aprenderlo… Jugando con esta nueva regla ¿puede aparecer el aburrimiento, el enojo, la tristeza, el miedo? Y buscando estar mejor ¿queremos romper y volver a las reglas anteriores?
Puedo desplegar mi empatía y entender que a todos esta situación nos ha desacomodado: madres y/o padres que se tienen que volver maestros de sus hijos mientras siguen siendo empleados o emprendedores o dueños y limpian la casa y cocinan, etc., e hijos que perdieron contacto con sus maestros y sus compañeros, y tienen que hacer la tarea por una plataforma que es “cerebro incompatible”.
Entonces, según mis creencias, para mantener motivado a mí equipo remoto primero les pido que piensen en el siguiente check list y se otorguen puntaje de uno a cinco, dónde 1 es “estamos en el horno” y 5 es “obtengo premio al cuarentenero del año”.
Al pensarme así puedo entender –ponerme en los zapatos del equipo- y entender si los integrantes de mi equipo remoto están como yo, “al horno” o recibiendo premios.
O sea, les estoy ofreciendo como idea de inicio que piensen cómo están ustedes. ¿Por qué? Porque la emoción es una energía que circula o se manifiesta de diferentes maneras en nuestro interior y busca salir, y aunque nos hayan convencido de que se la puede disimular, en ese trayecto hacia afuera se manifiesta, se nota, se percibe y tiene la característica de ser contagiosa, con lo cual al vincularme con mi equipo los estaré contagiando con la emoción que tendré disponible según sea lo que creo de lo que estoy viviendo.
Hasta aquí algunos datos –blandos- para iniciar mi manera de mantener motivado al equipo. Voy a compartir ahora algunos datos duros que me gustaría que lean cómodamente sentados, de todos ellos algunos serán fáciles de llevar a la práctica y otros no tanto. Si nos conectamos por plataformas con video tipo Zoom, Team, Meet, Jitsi, Skype, WhatsApp, etc., lo que buscamos es ver y que nos vean además de escucharnos. Entonces:
Y para cerrar vuelvo a los aspectos blandos, y una excelente forma que conozco es compartir, preguntar y escuchar:
1) Compartir con los integrantes de mi equipo lo que estamos haciendo como empresa, hacia dónde vamos, los proyectos en los que estamos centrados, etc.
2) Preguntarles de manera recurrente ¿cómo están con la cuarentena? ¿Cómo están sus familias, hijos, parejas, colegios? Interesarme por sus emociones.
3) Preguntarles por nuestros clientes, ¿cómo creen que están? ¿Qué notan? Los integrantes de su equipo están más en contacto que ustedes con los clientes, podríamos decir que ellos tienen el pulso de la calle.
4) Preguntarles acerca de sus percepciones de qué hacer, dar lugar a sus opiniones para hacerlos sentir parte de algo mayor, integrarlos, validarlos y reconocerlos. Siempre es importante hacerlo aunque en este momento tan particular compartir, preguntar y escuchar es un antídoto emocional para mantener motivado a mi equipo remoto en cuarentena.
Autor: Osvaldo Retondaro, docente de Capacitarte.
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