Qué son las creencias y de que manera influyen en mi vida? La mirada desde la Programación Neurolingüística

La palabra creencia tiene un origen complejo, donde se distinguen las raíces indoeuropeas Kerd (corazón) y dhe (poner/colocar).

Una creencia es la capacidad o cualidad de una persona de poner el corazón o la confianza en algo, independientemente del raciocinio.

Las creencias son consideradas desde la perspectiva de la PNL (Programación Neurolingüística) como uno de los niveles de cambio y aprendizaje fundamentales.  Son parte esencial de nuestras estructuras profundas de pensamiento.

Nuestras creencias determinan el significado que le asignamos a un evento y están en el centro de la motivación y la cultura. Junto a los valores nos brindan el refuerzo que sostiene o inhibe determinadas capacidades o conductas. Ambos responden al: Para qué? de nuestro accionar en el mundo.

Son esencialmente juicios y evaluaciones respecto de nosotros mismos, los demás y el mundo en general.

En PNL se consideran generalizaciones acerca de:

• Causalidad
• Significado
• Limitaciones

En cuanto a:

• El mundo que nos rodea
• Nuestras conductas
• Nuestras capacidades
• Nuestra identidad

La manera en que una situación, conducta o idea se ajusta –o no- con nuestro sistema de creencias y valores, determina la manera en que la percibimos y la incorporamos.

Las creencias son difíciles de cambiar con las reglas típicas del pensamiento lógico/racional.

Neurológicamente las creencias se asocian al sistema límbico y el hipotálamo en el cerebro medio, desde la Programación Neuroliguistica ponemos un poco de luz sobre esta asociación.

El sistema límbico se conecta con las emociones y la memoria de largo plazo, al ser un área más primitiva que nuestro neocortex, se ocupa de integrar la información que proviene de la corteza y del sistema nervioso autónomo que controla funciones básicas como la temperatura, la presión sanguínea, ritmo cardíaco o dilatación de las pupilas). Es por ello que las creencias impactan en nuestra fisiología produciendo reacciones inconscientes. Por cierto, una manera efectiva de saber si realmente “creemos” en algo, es por la reacción fisiológica que se desencadena: nuestro corazón se acelera, la sangre hierve, y sentimos hormigueo en la piel (todas reacciones inconscientes emanadas del sistema límbico).

Las personas reaccionan fisiológicamente de manera diferente cuando realmente “creen” lo que dicen que cuando simplemente lo dicen. Es el caso de un mentiroso que sólo busca ocultar una verdad o de un actor que recita un poema como si fuese una receta de cocina.

Es justamente, esta estrecha relación entre creencias y funciones fisiológicas profundas, el motivo por cual son tan importantes en el área de la salud y la sanación (pensemos por caso en el efecto placebo).

Nuestras creencias actúan como “profecía auto-cumplida” en nuestra conducta a muchos niveles, ya que hacen que pongamos nuestra atención en un área y se la saquemos a otras.

Lo que creemos acerca de nosotros mismos y nuestras posibilidades impactan en nuestro día a día.  Todos tenemos creencias que nos sirven como recursos y creencias que nos limitan.

El poder de las creencias fu demostrado en un estudio en el que un grupo de niños con una inteligencia promedio fue dividido en dos grupos iguales. Mientras a uno de los grupos se les asignó un maestro al que se le dijo que se trataba de niños superdotados, mientras que al maestro del otro grupo se le explicó que se trataba de niños con problemas de aprendizaje. Un año más tarde, ambos grupos de niños fueron sometidos a los mismos test de inteligencia que al comienzo del experimento y los niños del grupo de “superdotados” obtuvieron mayor puntaje al que habían obtenido al comienzo, mientras que los niños “con problemas de aprendizaje” obtuvieron menor puntaje.

Las creencias del maestro acerca de los niños afectó la capacidad de estos para aprender.

Otro ejemplo ilustrativo de lo que logran las creencias es lo que se conoce como “La milla en cuatro minutos. Hasta Mayo de 1954 existía la creencia de que cuatro minutos era una barrera infranqueable para el hombre en la carrera de una milla.

Durante los 9 años anteriores a que Roger Bannister quebrara esa barrera, ningún corredor se había siquiera acercado. Los 9 años posteriores alrededor de 200 corredores rompieron esa impenetrable barrera.

Como podemos apreciar, nuestras creencias iluminan, influyen y hasta determinan nuestro grado de inteligencia, nuestra salud, nuestras relaciones, nuestra creatividad, o el grado de felicidad o éxito en lo que emprendamos.

"Quienes pueden, pueden porque piensan que pueden" Virgilio.

Monica Giovanovich

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